Ponencia Primer Congreso Internacional de Seguridad y Proximidad Social

Primer Congreso Internacional de Seguridad y Proximidad Social

11 de mayo de 2017

 

Muy buenos días a todas y todos.

Gracias a Juan Hugo de la Rosa, Presidente Municipal de Ciudad Nezahualcóyotl, por la invitación a participar en este Primer Congreso Internacional de Seguridad y Proximidad Social. Me da mucho gusto ser parte de este espacio de diálogo e intercambio de ideas sobre el tema de policía y proximidad social; es ahí precisamente donde se enfocan los esfuerzos de Causa en Común y de muchos mexicanos que, como nosotros, están empeñados en que mejoren las condiciones de seguridad en nuestro país.

Saludo con mucho gusto a nuestros amigos de las organizaciones de la sociedad civil, analistas y académicos, autoridades de los tres órdenes de gobierno, a los distinguidos panelistas nacionales y de otros países, así como a los medios de comunicación.

Quiero iniciar mi intervención expresando mis condolencias a las familias de Luz María Aldas Castro, Onésimo Romero Mendoza y Aldo Alejandro Flores Torres, los tres policías municipales que la semana pasada encontraron la muerte en el cumplimiento de su deber. Eventos tan terribles como éste, nos deben llamar a reflexionar si les estamos brindando a nuestras policías todos los elementos que necesitan para combatir la delincuencia sin que ello se convierta en tragedia para sus familias.

Quienes vivimos en México tenemos muchos años sintiéndonos inseguros. Esto lo confirman los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana que señala que, en el país, tres de cada cuatro personas de 18 años y más, se siente insegura en la ciudad en la que vive. En el Estado de México, la percepción de inseguridad es aún mayor. Aquí en Neza es de 78%, en Toluca 81% y en Ecatepec alcanza un alarmante 95%.

Pero desde luego, éste no sólo es un problema de percepción. El Estado de México es una entidad que enfrenta altísimos índices delictivos.

Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señalan que, de enero a marzo de 2017, se han registrado poco más de 66 mil delitos en la entidad. Tres de los más frecuentes son el homicidio, el robo o asalto en la calle o en el transporte público, el robo de vehículos y la extorsión.

Más grave aún es que, en este contexto de violencia e inseguridad, las Policías de nuestro país se encuentran en una crisis institucional, que deriva a su vez en una entendible crisis de legitimidad y de confianza.

En el municipio de Nezahualcóyotl, uno de los más poblados del estado y del país, se replican muchas de las situaciones de conflicto y violencia que padece la entidad.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional Victimización y Percepción de Inseguridad 2016 (ENVIPE-INEGI), dos de cada tres personas piensan que la policía municipal en el Estado de México es corrupta y la mitad de los encuestados dice que le inspira “poca o ninguna” confianza.

Creemos que el problema de la falta legitimidad de la policía no sólo tiene que ver con su capacidad de reacción para combatir el crimen o con su estado de fuerza. Se trata, sobre todo, de un problema de capacidades técnicas de prevención e institucionales para una efectiva vinculación con las comunidades en las que opera.

Por ello, en México es urgente colocar en el centro de la reconstrucción institucional los lineamientos establecidos en el Sistema Integral de Desarrollo Policial, contenidos en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Ya contamos con un proyecto convertido en ley, ahora hay que aplicarlo más allá de plazos electorales y coyunturas políticas.

Paralelamente, estamos convencidos que nuestras instituciones de seguridad deben adoptar un modelo de policía de proximidad, que les permita reestablecer los indispensables vínculos de confianza, sin los cuales es imposible una efectiva labor policial.

La clave está en esquemas de capacitación y profesionalización que no sólo den contenido real a un sistema meritocrático efectivo, sino que también brinden a los agentes las capacidades para mediar en conflictos vecinales, disuadir expresiones de violencia, identificar entornos y grupos de población en riesgo de ser víctimas o cometer faltas, diseñar planes colaborativos con los vecinos, y crear paulatinamente vínculos de confianza que se traduzcan en información relevante para la operación policial.

En contraparte, el esquema de proximidad policía-comunidad requiere de una sociedad crítica, propositiva y activa: que las comunidades en los municipios, que las poblaciones afectados por la comisión de los delitos, se involucren y formen parte de las acciones que redundarán en su beneficio. Por ello, se requieren fortalecer esquemas de vigilancia vecinal, identificación de conflictividades y problemas de convivencia, despliegue de redes de solidaridad para víctimas de violencia, así como desarrollar habilidades preventivas en colaboración con la policía y las instancias sociales de los municipios. Todo ello con el fin de brindar seguridad territorial al barrio, la colonia, la comunidad, lejos de intereses facciosos o clientelares.

Un esquema de esta naturaleza ya está operando desde 8 años aquí, en el municipio de Nezahualcóyotl, lo que demuestra que se puede trascender administraciones y colores partidistas. Su buen funcionamiento se basa en tres elementos: brindar capacitación permanente los agentes policiales, un esquema de incentivos a los policías que reconoce los buenos resultados, y un entramado de redes vecinales por calle como espacios de participación social que definen las prioridades de actuación en cada cuadra.

Se trata de una experiencia que incluso fue reconocida en 2015 como buena práctica de prevención social por la agencia internacional USAID, dados sus resultados en la disminución de los delitos. Con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública se constata que la tasa de delitos se redujo 48% en cinco años, pasando de 2,206 casos por cada 100 mil habitantes en 2012 a 1,146 en 2016. Sin embargo, en junio del año pasado se encuentra un aumento significativo del 47% de delitos, según datos del SESNSP. Lo cual se debe revisar, o están contando distinto o le están metiendo mano a la estadística.

Otro esquema de participación ciudadana en pro de la seguridad se da a través de consejos ciudadanos locales y municipales de participación para la prevención del delito, como espacios de diálogo y coordinación entre las autoridades y ciudadanos, conformados por actores civiles que incluyan líderes comunitarios, académicos, activistas, periodistas y empresarios.

Para su buen funcionamiento, estos consejos de ciudadanos deben contar con una representación rotativa, autonomía de gestión y que no sólo sean observadores, sino agentes activos en la evaluación y acompañamiento de avances de las instituciones de seguridad y justicia. Por ello es importante que las recomendaciones que emitan estos consejos se traduzcan en compromisos reconocidos por las autoridades, como puede ser el caso de los programas de seguimiento a las acciones de fortalecimiento institucional.

De hecho, los Mecanismos Ciudadanos de Supervisión de las Policías son una posibilidad para que los ciudadanos acompañen los esfuerzos de las autoridades en la construcción de Policías profesionales y, de esta forma, avanzar hacía modelos novedosos de rendición de cuentas de nuestras instituciones de seguridad, que regularmente son cajas negras para la población.

No debemos olvidar que, cuando mejora la relación policía/comunidad, se incrementan las posibilidades de identificar patrones delictivos porque es la propia comunidad la que conoce su entorno y sus problemáticas. Se trata pues de ampliar el concepto de la seguridad hacia uno de seguridad ciudadana basado en la corresponsabilidad entre ciudadanos y policías.

Señoras y señores:

Más allá de la discusión mando único o mando mixto, a los ciudadanos lo que nos interesa es que haya seguridad en nuestros espacios cotidianos: la casa, la escuela, el trabajo, los lugares de recreación.

En Causa en Común consideramos que no hay que esperar más. Debe cumplirse lo que estipula la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública en términos de desarrollo policial, e implantarse esquemas de vinculación comunitaria como los ya referidos. Es así como podemos ir construyendo policías dignas, profesionales y confiables.

En México hemos identificado procesos prometedores en instituciones policiales municipales; esquemas graduales y sostenibles en el tiempo que verdaderamente construyen una policía de proximidad; una policía que, además del buen trato hacia la gente, da resultados efectivos en la disminución del delito y la percepción local de inseguridad. Tomemos lo mejor de estas experiencias y repliquémoslo.

Por eso celebro que se lleve a cabo este Primer Congreso Internacional de Seguridad y Proximidad Social. Deseo que puedan ser muchos más. Estoy cierta de que espacios como éste nos permitirán identificar estas buenas prácticas y aprovechar también las experiencias que están teniendo lugar en otros paíse

Es mucho lo que podemos aprender unos de otros en un tema tan amplio y tan complejo como el de la policía y su vinculación comunitaria. El camino será sin duda largo, complejo y arduo, pero no tenemos más opción que continuar trabajando para construir las instituciones de seguridad pública que tanto necesitamos y que desde luego merecemos.

Muchas gracias.